El martes, en una conferencia de prensa del Salón del
Automóvil de Ginebra, Doug Speck, responsable de Volvo, presentó en sociedad un
sistema que permite a los vehículos detectar a los ciclistas y, si es necesario,
activa automáticamente el freno para evitar el atropello.
El fabricante sueco, ha perfeccionado el sistema de
detección de peatones que ya incluían algunos de sus coches para tratar de
reducir el riesgo de la convivencia en las carreteras de coches y bicicletas.
El nuevo sistema de detección de ciclistas lleva un radar integrado en la
parrilla del coche, una cámara instalada en el espejo retrovisor interno y una
unidad de control central. La tarea del radar es detectar objetos delante del
coche y determinar la distancia entre ellos. La cámara de alta resolución
define qué son los objetos que el radar detecta y establece el patrón de
movimiento de peatones y ciclistas. La unidad central de control continuamente
monitoriza y evalúa la situación del tráfico.
Si un ciclista que va en la misma dirección que el coche, de
repente se desvía hacia el frente del vehículo, ya que se acerca por detrás y
la colisión es inminente, hay una reacción automática del sistema y se acciona
el freno llegando a detener el vehículo si es necesario.
Los responsables de Volvo aseguran que, según sus estudios,
el 50% de los ciclistas que mueren en la carretera, lo hacen por una colisión
con un automóvil. Es por ello por lo que han decidido desarrollar este sistema.
Volvo ya integró en sus vehículos el sistema de detección de peatones en 2006 y
en 2010 lo perfeccionó con el sistema de frenado automático que ahora opera
también en caso de percances con ciclistas. Volvo fue el primer constructor de
automóviles en incorporar el airbag para peatones en caso de atropello.