Casi como una apuesta a su resistencia o como si fuera un desafío personal Remigio Saavedra se propuso en 1943, un 13 de noviembre, que ir de Mendoza a Buenos Aires en bicicleta sin parar, era posible.
El hombre había nacido en Godoy Cruz, el 1 de octubre de 1911, tenía 32 años y ya había ganado innumerables carreras como Doble Chivilcoy, la Buenos Aires-Mar del Plata, Buenos Aires-Rosario, Doble Junín, Doble Pergamino, Doble Cañuelas, Doble Campana, Doble La Plata.
Era el quinto de diez hermanos y desde su infancia siempre quiso seguir los pasos, o mejor dicho el pedaleo de su hermano Cosme Saavedra.
Rumbo a Buenos Aires.
A los 15 años, Remigio ya conseguía del récord sudamericano de las 3 horas. En 1930 llegó su primer triunfo internacional en Chile, compitiendo en equipo con Cosme. Radicado en su adolescencia en Buenos Aires, nunca más se volvió a vivir a Mendoza.
En ese día del ‘43 recorrió el trayecto en bici de Mendoza hasta la avenida Panamericana y General Paz, en la entrada a la Capital Federal, atrás de un auto acondicionado con una pantalla para que le cortara el viento. Eso en una competencia está prohibido y se considera una infracción. Pero Remigio lo hizo para demostrar su aguante y logró llegar con una bicicleta con un enorme piñón de 92 dientes, en 17 horas 55 minutos y 3 segundos.
Le llegó el momento del retiro tras 22 años de trayectoria, pero el hombre se siguió cuidando. Salía con su biclicleta todos los días. En 1981 se hizo una pregunta ¿Podré realizar otra vez el raid de Mendoza a Buenos Aires?.
La despedida
Salió del ACA, en San Martín y Amigorena, a las 2.10 del 5 de diciembre de 1981 para llegar al velódromo Municipal 18 horas con 45 minutos después, a las 21.55 llegaba a la Capital. A pesar de su cansancio siguió hasta el velódromo municipal en Palermo en donde lo esperaba una multitud. Allí tomó el mocrófono y dijo: “Les pido perdón por haber llegado un poco tarde”