El sensible: es el tipo de ciclista que es muy consciente del andar de su bicicleta y que disfruta más de su máquina cuando está en buenas condiciones. Tiene en cuenta las recomendaciones y se ocupa de probar y sacar conclusiones a partir de sus propias experiencias. Admite que las cosas tienen un ciclo de vida y por eso es previsor y entiende la importancia de un buen mantenimiento.
Para el mecánico es el ciclista ideal porque sus bicis suelen estar en buenas condiciones y requieren ajustes mínimos o los cambios y mantenimientos planificados. Los trabajos realizados con anterioridad permanecen y dan los resultados esperados. Como son sensibles a los cambios reconocen un buen trabajo. Es fácil la comunicación y casi siempre ya saben lo que hay que hacerle a la bici con lo cual no se pierde tiempo en diagnósticos. Trabajar con ellos es gratificante y estimulante.