Se trata de perfiles de ciclistas y si bien puede haber una combinación será uno el determinante.
Perfiles: El insensible, El sensible, El hipersensible, El abusado
El Insensible: podrá notar una diferencia por los resultados si es un ciclista que compite, pero básicamente todo lo que se le ponga entre las piernas es para aplicarle potencia. Se adapta con naturalidad a los desperfectos, no le importan los ruidos, ni las vibraciones, ni el comportamiento de la horquilla, ni si el neumático es el correcto o si la cadena está sucia. Puede usar la bici todos los días y lavarla, con suerte, una vez al año. Si además de insensible es descuidado, los componentes los usa hasta que se rompen arriesgando su propia seguridad.
Para el mecánico, las bicicletas de los insensibles dan mucho trabajo porque hay que cambiarles casi todos los componentes. Cuesta hacérselo entender a los usuarios para quienes sólo se trataba de un cambio de cadena o lubricación. Tampoco, una vez hecho el trabajo notarán grandes cambios ni se van a ocupar de mantenerla en condiciones luego. No van a hacer preguntas sobre recomendaciones o cuestiones a tener en cuenta. Difícilmente se pueda esperar un reconocimiento, no porque sean desagradecidos sino por su falta de sensibilidad. Para trabajar en esas bicicletas hay que olvidarse de sus dueños para no caer en el desgano de hacer estrictamente lo necesario.