El RadioShack-Leopard quiso despejar dudas y publicó los datos del SRM de Horner de la 18ª etapa con final en Peña Cabarga (ver el gráfico adjunto) en la que desbancó a Nibali del liderato, una etapa de 186, kilómetros, un desnivel 3.836 metros (Ascenso: 3.483), según el libro de ruta de la Vuelta, y casi cinco horas sobre la bicicleta. El SRM ilustra las exigencias físicas de la jornada relacionada con la potencia y la resistencia exigida en una Gran Vuelta.
Horner cruzó la meta sexto. Los datos del SRM nos dicen que movió una potencia media de 221 vatios y con una cadencia media de 70 rpm (pedaladas por minuto). Su velocidad media fue de 38,5 k/h y a lo largo de la carrera quemó más de 3.800 kilocalorías. Las pulsaciones no se precisan. Más interesantes son sus datos en la subida final a Peña Cabarga: 424 vatios, con un pico máximo de 744, una velocidad media de 22,14 km/h y 78 rpm, en una ascensión de seis kilómetros al 9,2% (máxima del 20%) y un desnivel de 545 metros. ¿Pero cuál es su ratio potencia-peso? He aquí la cuestión para creer o no, si sus números son extraordinarios pero creíbles, o increíbles… Y el peso es la clave de la ecuación.
Es simple. A iguales vatios medios y más peso del ciclista, salen menos vatios por kilo y viceversa, son matemáticas. Dos ciclistas pueden subir juntos un puerto a la misma velocidad, pero siendo diferente su peso, los vatios medios que tiene que mover el ciclista que más pesa son mayores que los del otro.
¿Y cuál es el peso de Horner? Según el informe del SRM, 65 kilos, desde el equipo señalan que entre 64-65, puede parecer más delgado pero ese es el dato. Los watios/kilogramos se calculan con la siguiente fórmula (sobre 64,5 kilos): 424w / 64,5kg x 0,95* = 6,2 w/kg *0,95 es un factor correctivo que se aplica en pruebas de esfuerzo de unos 20 minutos
Por tanto, 6,2 w/kg. Ahora hay que compararlo. En 2010 Purito subió Peña Cabarga en 17 minutos con 6.2w/kg; y en 2011 Froome subió en 17:16 con 6.1w/kg. Por lo tanto, los datos son muy similares. Froome en la etapa del Tour 2013 en AX-3-Domaines movió 6.25 w/kg en 23:14 minutos minutos de subida.
Ahora bien, hay que tener en cuenta otras peculiaridades de Horner. Efectivamente, llegó a la Vuelta más fresco que sus rivales, con solo 14 días de competición, los siete de Tirreno-Adriático (sexto) uno en la Volta a Catalunya (se retiró el segundo día) –estuvo cinco meses sin competir por una lesión de rodilla- y los seis del Tour de Utah, venció en una etapa y acabó segundo. En su contra, jugaban precisamente esos pocos días de competición pero ya ganó la tercera etapa y fue a más terminando más entero que Nibali y unos fatigados Valverde y Joaquim Rodríguez.
Otro hándicap era sus resultados en Grandes Vueltas, su marca era noveno en el Tour 2010 y 13º en 2012. Y su recuperación. Es algo evidente, un corredor de 41 años no recupera igual que uno de 21, 25 ó 30. Eso es un hecho, necesita más tiempo para recargar sus baterías. Pero sí puede tener más resistencia y más fondo, por ejemplo, Valverde cada vez se parece menos a aquel mozo murciano explosivo que se comía la carretera en sus inicios y en cambio se ha convertido en un corredor de tres semanas que nunca falla físicamente, siempre, regular, igual que Horner en la Vuelta en la que no tuvo un día malo, salvo por su debilidad en la crono de Tarazona.
Es claro también que Horner está rindiendo en la élite tarde, desde 2005 con 34 años, y que está en progresión, su primer gran triunfo fue la Vuelta al País Vasco 2010 y al año siguiente ganó el Tour de California. Y que siempre tuvo otros líderes por encima desde 2006, Evans en el Lotto, Contador en el Astana y Armstrong, Leipheimer y Andy Schleck en el RadioShack. “He estado infravalorado”, dijo durante la Vuelta.
